Agosto todo seca,
menos el rostro
Llueva o no llueva en
agosto la huerta riega
Si te interesan las
siembras fíjate en las Cabañuelas[1]
El mes de las cabañuelas
es el mes de las higueras
Primer día de agosto,
primer día de invierno
Estos son algunos de los refranes referentes al mes de agosto y
vemos que se incide en no descuidar el riego. Bueno, por ahí no tengo problemas
porque lo tengo programado y además todas las mañanas le echo un vistacito y si
veo que necesita un poco de agua, pues se la añado.
Más me preocupan lo retrasados que van los tomates y los pimientos, parecen que se lo toman con calma y van de un relajado que asusta. Bien es verdad que todo el mundo insiste en que en esta zona los tomates no se recogen hasta finales de agosto. Además, en algunos que he comprado de la zona se aprecia que aunque hermosos a la vista les falta algo de maduración en cuanto al sabor. En fin, habrá que confiar en ello, pero la confianza se resquebraja cuando ves que todo va muuuy lento; los días se suceden uno tras otro y los avances son escasos, pero no puedo decaer ahora y sigo con mi política de abonos, mimos y musicoterapia[2].
Otro cantar es el de los calabacines que han entrado en una
espiral de
producción imparable. Eso está bien porque me permite recolectar
flores de calabacín, difíciles de encontrar en el mercado, y ya también las
hemos podido probar rellenas de mozzarella, rebozadas con huevo y fritas… una
delicia!
Un fracaso han resultado los rabanitos que no consiguen pasar de
la forma de germinados y convertirse en hermosos y picantes rabanitos. Por ello
me veo obligada a seguir comprándolos.
La zanahoria superviviente ahí sigue, sin crecer ni morir,
también estancada.
Ay, y tengo ya que ir pensando en la siembra de otoño…
[1] Las cabañuelas se
basan en una tradición popular mediante la cual se puede predecir el tiempo de
todo el año (en la mitad sur de la Península Ibérica, en el norte son más
usadas las témporas que se realiza por estaciones del año). Así del 1 al 12 de
agosto cada día se corresponde con los meses del año, de enero a diciembre en
orden ascendente. A partir del día 13 hasta el 24 se corresponde con los meses
de forma inversa a la anterior, es decir, comenzando por diciembre y acabando
en enero. Del 25 al 30 de agosto de nuevo en orden ascendente si bien cada mes
tiene una duración de doce horas. Finalmente los datos para el día 31 se toman
cada dos horas y se corresponde con los meses en orden descendente. Así el día
se divide en dos y representa a dos meses. Todos estos datos los unían a otros
como el viento, las nubes, el comportamiento de los animales hasta completar la
predicción.
Su origen es discutido y algunos lo
llevan hasta el siglo XI y lo relacionan con las cabañuelas o fiesta judía de
de los Tabernáculos donde se pronosticaban las lluvias. No obstante
predicciones del tiempo venidero se han realizado en todas las culturas
agrícolas donde las cosechas y sus vicisitudes marcaban el devenir de sus
habitantes (recordad los hermosos calendarios agrícolas románicos por ejemplo).
En cualquier caso no tienen ninguna
fiabilidad y mejor confiar en las predicciones meteorológicas científicas para
ayudar a nuestra huerta.
[2] Un poquito de Bach al
día le va bien a todos, humanos, animales, plantas e incluso rocas, Bach for
ever!
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