Para empezar el mes, se supone que
este es el mes de las flores, paso a la otra parte del huerto, al sector de
aromáticas y medicinales. No me conformo con menos y yo también quiero mi hortus
conclusus, como en los antiguos monasterios medievales, de estructura
geométrica y con un árbol o fuente central, con el que buscaban representar el
jardín del paraíso. Quiero un huerto con frutales, aromáticas,
hortalizas…quiero mi propio paraíso.
Huerto de la Abadía de Saint Georges (St. Martin de Boscherville)
Pero también podría ser un uno con
diseño moderno, con materiales modernos en tubos verticales y gran infraestructura
hidráulica, o en espiral como los diseñados por Bill Mollison[1],
australiano creador de la Permacultura, o como los jardines-huertos al modo
andalusí[2]
de los cuales ya hay constancia escrita desde el siglo XIV[3]
donde se dan unos apuntes sobre su morfología; o ya puestos como los jardines
de la antigua Babilonia (siglo VII a.C.), puestos a soñar hay que imaginar a lo
grande, sin tacañería.


Además de estas para completar mi pequeño huerto cuento con:
-un laurel, regalo de la madre de la Sra. P y que lleva un montón de años con nosotros. Empezó de pequeño (como todos) y actualmente se encuentra algo resentido por la mudanza y el invierno pero sobrevivirá y ya está repleto de nuevos brotes.

- un “mandarino”, regalo de la Sra. M que lo plantó con la semilla de una mandarina. Se encuentra pletórico y cada año pega un estirón para asombro de todo el mundo. Sin embargo, parece ser que debo hacer un injerto para que sean comestibles sus frutos, bueno ya lo pensaré cuando toque. Ahora me conforme con que crezca fuerte y eche flores que huelan.
[1]
Permacultura
es una palabra acuñada originalmente por B. Mollison y D. Holmgren hacia 1970
para describir un sistema sostenible, ecológico e integrado de
agricultura-ganadería abierto a nuevas tecnologías sin olvidar la sabiduría
tradicional. Sigue las características observadas en los ecosistemas naturales. Persigue trabajar con, y no en
contra, de la naturaleza, comprendiendo tanto a las plantas como a los animales y su relación con nosotros y
con el medio ambiente. Sus principios
básicos son cuidado de la Tierra, de las personas y redistribución justa de los
excedentes, incluyendo la gestión correcta de los residuos.
[4] El mirabel es una
variedad del Prunus domesticae var. syriaca que se cultiva casi
exclusivamente en Lorena y aquí en España en Galicia y valle del Ebro.
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