miércoles, 2 de noviembre de 2016

De limas y mulas (moscovitas)


31 de octubre
Mi huerta sigue muy tranquila, sigo recogiendo pimientos de padrón (que por cierto pican como demonios), las acelgas continúan creciendo al igual que los rabanitos (ay, creo que ya estamos en las mismas, parece que solo van a ser brotes de rabanitos y no hermosos rabanitos) y el semillero de espinacas y ruibarbo todavía no da señales de vida.

De los frutales, algunos parecen haber iniciado la pérdida de las hojas como el “mandarino”
 
mientras que el mirabel sigue ajeno a la llegada del otoño al igual que la lima. Esta última todavía con frutos por lo que todavía no lo he podido podar.

Dado que mañana es día festivo y que, aunque no sea verano, las temperaturas altas de las que “disfrutamos”[1] siguen invitando a las bebidas refrescantes os propongo  un cóctel o trago: la mula moscovita.

Para la receta podéis seguir las instrucciones de cualquier página web, con pequeñas variaciones en los ingredientes, pero yo os recomiendo la receta del Sr.J, para ello sólo tendréis que disponer de:

-      mucho hielo,

-      una lima que os ofrezca sus frutos, como la mía que luce hermosísima a fecha actual con sus limas en su punto,

-      jarabe (podéis hacerlo con agua y azúcar),

-      limones,

-      cerveza de jengibre,

-      jengibre fresco,

-      y  vodka[2] (el Sr.J usa vodka finlandés).
 
 
Obsérvese mi estupenda lima

 

Resultado final de la mula moscovita
 


Tanto los rusos como los polacos se disputan ser los inventores del vodka, pero parece ser que el creador del famoso “trago”, denominado Mula Moscovita, fue la marca de vodka Smirnoff[3] al filo de los años 50 del siglo XX combinando ginger ale y vodka. El dueño de la compañía Heublein Inc. se fotografió en los principales bares de Beverly Hills (Los Ángeles, USA) con los barman de cada uno de ellos y con un vaso con el cóctel en la mano marcando el camino para una amplia difusión[4] del vodka a través de la publicidad más variada.

 

Así que, nada mejor para celebrar la noche más terrorífica del año que una buena mula moscovita, una relectura de Guerra y Paz de Tolstoi (1828-1910) mientras de fondo suena Boris Goduvnov de M. Músorgski (1839-1881), que narra, una vez más la lucha entre rusos y polacos en constante disputa desde el siglo XVI,  ¡Na zdorovie!.

 



[1] No todo el mundo, yo añoro la llegada de la Dama del Frio y de las Nieves.
[2] En ruso la palabra vodka tiene un significado genérico y designa cualquier tipo de destilado. La primera referencia escrita data de 1405 en unos documentos polacos y hacía referencia a una medicina; su escritura en cirílico más temprana es de 1533 en relación a una bebida medicinal importada de Polonia.
Para la elaboración del vodka se utilizan granos seleccionados de trigo, centeno e incluso patata, mezclados con agua, de manantial en el caso ruso y destilada en los demás países. La destilación mínima conlleva tres fases de destilación pero en algunos casos puede ser de hasta 9 e veces. Luego es filtrado con carbones de origen vegetal o mineral. Y finalmente diluido y/o aromatizado según los diferentes vodkas para su consumo final en el que puede llegar a alcanzar normalmente 40º pero en algunos crece hasta los 70º.
[3] La marca Smirnoff (Smirnov en origen) pertenece a una larga estirpe de fabricantes rusos de licores que llegaron a ser proveedores de la corte del zar. Tras la revolución rusa se establecieron en Francia donde cambiaron el nombre y después cedieron los derechos a la marca Heublein Inc. Actualmente está en manos inglesas.
[4] Años más tarde pasaría con la ginebra que popularizarían  con el famoso Dry Martini uniéndolo para siempre a la figura de James Bond, desde la película Dr. No (1962) con Sean Connery como Bond (el mejor para mi gusto), encarnando un mundo de lujo y espías. ¿Quién no tiene ganas de soltar lo de “solo agitado, no mezclado” al barman de turno?.

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