31 de octubre
Mi huerta sigue muy tranquila, sigo recogiendo pimientos de
padrón (que por cierto pican como demonios), las acelgas continúan creciendo al
igual que los rabanitos (ay, creo que ya estamos en las mismas, parece que solo
van a ser brotes de rabanitos y no hermosos rabanitos) y el semillero de
espinacas y ruibarbo todavía no da señales de vida.
De los frutales, algunos parecen haber iniciado la pérdida de
las hojas como el “mandarino”
mientras que el mirabel sigue ajeno a la llegada
del otoño al igual que la lima. Esta última todavía con frutos por lo que
todavía no lo he podido podar.
Dado que mañana es día festivo y que, aunque no sea verano, las
temperaturas altas de las que “disfrutamos”[1] siguen invitando a las
bebidas refrescantes os propongo un
cóctel o trago: la mula moscovita.
Para la receta podéis seguir las instrucciones de cualquier
página web, con pequeñas variaciones en los ingredientes, pero yo os recomiendo
la receta del Sr.J, para ello sólo tendréis que disponer de:
-
mucho hielo,
-
una lima que os ofrezca sus frutos, como la mía que luce
hermosísima a fecha actual con sus limas en su punto,
-
jarabe (podéis hacerlo con agua y azúcar),
-
limones,
-
cerveza de jengibre,
-
jengibre fresco,
-
y vodka[2] (el Sr.J usa vodka
finlandés).
Obsérvese mi estupenda lima |
Resultado final de la mula moscovita |
Tanto los rusos como
los polacos se disputan ser los inventores del vodka, pero parece ser que el
creador del famoso “trago”, denominado Mula Moscovita, fue la marca de vodka
Smirnoff[3] al filo de los años 50 del
siglo XX combinando ginger ale y vodka. El dueño de la compañía Heublein Inc. se fotografió en los principales bares de Beverly Hills (Los Ángeles, USA) con los barman de cada
uno de ellos y con un vaso con el cóctel en la mano marcando el camino para una
amplia difusión[4]
del vodka a través de la publicidad más variada.
Así que, nada mejor
para celebrar la noche más terrorífica del año que una buena mula moscovita,
una relectura de Guerra y Paz de
Tolstoi (1828-1910) mientras de fondo suena Boris
Goduvnov de M. Músorgski (1839-1881), que narra, una vez más la lucha entre
rusos y polacos en constante disputa desde el siglo XVI, ¡Na zdorovie!.
[1] No todo el mundo, yo
añoro la llegada de la Dama del Frio y de las Nieves.
[2] En ruso la palabra
vodka tiene un significado genérico y designa cualquier tipo de destilado. La
primera referencia escrita data de 1405 en unos documentos polacos y hacía
referencia a una medicina; su escritura en cirílico más temprana es de 1533 en
relación a una bebida medicinal importada de Polonia.
Para la elaboración del vodka se utilizan
granos seleccionados de trigo, centeno e incluso patata, mezclados con agua, de
manantial en el caso ruso y destilada en los demás países. La destilación
mínima conlleva tres fases de destilación pero en algunos casos puede ser de
hasta 9 e veces. Luego es filtrado con carbones de origen vegetal o mineral. Y
finalmente diluido y/o aromatizado según los diferentes vodkas para su consumo
final en el que puede llegar a alcanzar normalmente 40º pero en algunos crece
hasta los 70º.
[3] La marca Smirnoff (Smirnov
en origen) pertenece a una larga estirpe de fabricantes rusos de licores que
llegaron a ser proveedores de la corte del zar. Tras la revolución rusa se
establecieron en Francia donde cambiaron el nombre y después cedieron los
derechos a la marca Heublein Inc. Actualmente está en manos inglesas.
[4] Años más tarde pasaría con la ginebra que popularizarían con el famoso Dry Martini uniéndolo para siempre a la
figura de James Bond, desde la película Dr.
No (1962) con Sean Connery como Bond (el mejor para mi gusto), encarnando
un mundo de lujo y espías. ¿Quién no tiene ganas de soltar lo de “solo agitado,
no mezclado” al barman de turno?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario