Y el ruibarbo y las espinacas siguen creciendo en su
mini-invernadero casero, yo creo que la semana que viene tendré que proceder y
llevarlas a las mesa (de cultivo). Para entonces espero haber terminado con la
cosecha de pimientos más tardía que se conoce en la zona y que a este ritmo
entrará en el universo de las leyendas y, por supuesto, en el libro Guinness[1]. Ya los veo, pronto serán
los pioneros de una nueva especie de pimientos que aguantarán todo tipo de
inclemencias, que producirán todo el año, que se cultivarán en otros planetas
como los pimientos de Plutón[2], pero que seguirán picando
unos sí (los más) y otro no (los menos).
El ruibarbo no sé cómo va a evolucionar pero con las espinacas
ya tengo experiencia, se supone, ya que planté a principios de temporada con
resultado excelente. Con estas de invierno ya veremos.
Al hilo de esto recuerdo un artículo, que leí hace poco tiempo,
acerca de las espinacas y la nanotecnología[3]. Resulta que, según un
artículo publicado en Nature Materials
por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, han logrado incorporar unos
dispositivos fabricados con nanotubos de carbono que, incorporados a las
espinacas conseguían que estas pudiesen detectar un tipo de componentes
químicos usados en la fabricación de minas terrestres y explosivos. Al parecer,
las espinacas al notar la presencia de estos elementos emiten una señal
fluorescente que puede ser leída por cámaras infrarrojas que conectadas al
ordenador envían una alerta. ¡Toma ya con las humildes espinacas!, pensé al
leerlo. Pero en fin, las mías son solo para comer y carecen de esa alta
tecnología más propia de películas de ciencia ficción que de tranquilos huertos
e inexpertas hortelanas.
AL hilo de unir cultivo de plantas y tecnología recuerdo otro
artículo donde unos jóvenes diseñadores, Nui
Studio, creaban pequeños ecosistemas para cultivar especies vegetales,
dentro de lámparas de vídrio soplado que funcionaban con led. Aún no se
comercializan y el proyecto todavía está en ejecución, salvo algunos prototipos[4].
Vamos, que como dirían los protagonistas de una conocida
zarzuela: “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”[5].
[1] Guinness World
Records, uno de los libros más vendidos del mundo, se publica anualmente desde 1955 y recoge y
verifica los records mundiales en cosas dispares y muchas veces absurdas.
[2] Pimientos de Plutón
como los que aparecen en el anuncio de supermercados Gadis que, desde el año 2007
loa el modo de vivir gallego de forma tópica e irónica en sus anuncios para la campaña navideña. <https://www.youtube.com/watch?v=cDsVTJRRL4s> (4 de noviembre
de 2016)
[3]Espinacas nanobiónicas
que detectan explosivos, (31 de octubre de2016), <<http://www.elmundo.es/ciencia/2016/10/31/58178cd7268e3e1f158b45a5.html>>
[5] La verbena de la Paloma con música de Tomás Bretón y libreto de
Ricardo de la Vega, fue estrenada en 1894 y está ambientada en el Madrid de
finales de siglo XIX
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