jueves, 17 de noviembre de 2016

arándanos e infiernos


 
Tras un fugaz viaje a Asturias hemos aumentado la familia con un arbusto de arándano[1] (variedad Aurora) procedente de la plantación del Sr.R. La donación incluía el podado, con lo que por este año ya no tengo que preocuparme. El que sí tuvo que hacerlo fue mi ayudante, el Sr.J, quien tuvo que volver a acarrear sacos de tierra para su plantación.

Siguiendo las indicaciones del donante lo he colocado al raso para que sienta las heladas, ya que esta planta necesita el frío. Veremos cómo evoluciona y si le gusta su ubicación en maceta[2] y espero que llegue a dar fruto, aunque para ponerme las botas con los arándanos (en sentido figurado y estricto también) prefiero viajar a Finlandia y recorrer sus bosques y mientras no pueda volver me conformaré con escuchar la Suite Karelia de J. Sibelius[3] e imaginar una aurora boreal.

El viaje asturiano también me permitió visitar la huerta de la Sra.N, un oásis en pleno casco urbano que te traslada al campo. Allí ella, en su tiempo libre, cultiva casi de todo (verduras, hortalizas, frutales, fabes, flores,…) y experimenta con nuevos cultivos y además embota y prepara mermeladas. Todo lo hace casi sola puesto que al Sr.Q tan sólo le preocupa un pequeño invernadero, al que se puede denominar “Infierno”, donde se encuentran las especies de pimientos más picantes que pueda encontrar. Doy fe de ello puesto que nos regaló 2 pequeñas muestras que picaban efectivamente como demonios. Incluso el aceite en el que los freímos quedó afectado y lo pudimos usar para hornear bacalao con resultados excelentes. ¡Tendré que pedirles semillas!

 



[1] El arándano, Vaccinium, es un arbusto de la familia de las Ericaceae, con frutos en forma de bayas esféricas. Su hábitat son principalmente las regiones frías del hemisferio norte, existiendo algunas especies tropicales. Su fruto, con pocos azúcares, es muy apreciado por sus beneficios para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares y relacionadas con las vías urinarias y aparato digestivo. Tiene propiedades antisépticas y antioxidantes. Recientemente también se cree que puede ser beneficioso para las pérdidas de visión y cataratas, además de fortalecer el colágeno y reducir los niveles de glucosa en sangre. Por todo ello es un producto muy demandado que ha ocasionado en algunas zonas, como Asturias, un aumento de campos dedicados a su cultivo. Puede consumirse en forma de fruto, desecados, en jarabe, mermelada, en repostería, etc.
[2] El arándano puede presentarse en forma arbustiva con vástagos leñosos erguidos o en forma rastrera. Estos últimos abundan en los países nórdicos donde conforman un tapiz sobre el suelo y donde son sumamente apreciados. Prueba de ello es que la actividad de recoger arándanos es tan popular que se ve reflejada en el Kalevala, la epopeya nacional finlandesa base de la mitología finlandesa, e incluso venden aparatos recogedores de bayas específicos, antes de madera y ahora de plástico eso sí.
[3] Sibelius (1865-1957), músico finlandés que con su música contribuyó al desarrollo de la identidad nacional finlandesa durante su lucha por su independencia de Rusia
<<https://www.youtube.com/watch?v=adKwG9ZuzFw>>

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