miércoles, 8 de junio de 2016

Primera minicosecha


La paciencia no es una de mis virtudes (lo cual es malo para una hortelana pero las cosas son así) pero por fin llegó el día en puedo ver y, sobre todo comer, algo de mi huerta.

Ya venía diciendo yo que las espinacas son muy agradecidas y han resultado ser las primeras en ser recolectadas,

eso sí, en forma de primeros brotes  con los que el Sr. J preparó un delicioso platillo con los brotes tiernos de espinacas, acedera, tomillo, cebollino y albahaca junto con un poco de mojama y unas raspas de queso parmesano. El resultado muy vistoso y refrescante permitió saciar nuestras ansias de productos propios y abre la veda para lo que venga.

 La espinaca, Spinacia oleracea, originaria del sudeste asiático fue introducida por los árabes hacia el siglo XI. Pronto fue considerada como “la mejor de las hortalizas” y se extendió por toda Europa en el siglo XV. Su  aspecto es muy bonito con hojas de forma más o menos lanceoladas  de color verde oscuro que permiten su recolección a partir de las hojas mayores que se forman en el  exterior. Por lo visto su cultivo es fácil, lo digo por experiencia propia,  siempre que se encuentre en suelos no ácidos y se la abone con frecuencia. Necesita poco calor y un riego reducido pero frecuente. Hay especies de verano y de invierno por lo que creo que intentaré su cultivo también en invierno siempre que no exista riesgo de grandes heladas. El mayor peligro en verano es el exceso de calor, ay, parece que esta planta se parece a mi, yo tampoco soporto el calor!

No necesito decir que soy una apasionada de las espinacas (junto a las alcachofas que no puedo cultivar por falta de espacio) desde la infancia y, rara es la semana en que no como espinacas. Es fácil de elaborar en múltiples recetas. Se puede preparar fresca, cocida, en revueltos, como acompañamiento de carnes, verduras, en empanada, etc. Es rica en vitaminas A y E, en yodo,  así como en antioxidantes y  muy nutritiva. Ayuda a combatir las enfermedades cardiovasculares y  a mantener los correctos niveles de colesterol. Sin embargo, aunque todos pensamos que es muy rica en hierro esto no deja de ser un mito, ya que parece ser que otras  hortalizas y plantas, como el pimiento, el perejil, garbanzos o lentejas,  y  en general todas las verduras de hoja verde, tienen  el mismo o incluso mayor nivel de  hierro. Además la espinaca tiene un alto índice de oxalato, fitatos y taninos que impiden la absorción del hierro por lo que su contenido es apenas asimilado por el cuerpo humano. En realidad tiene 2,71 mg de hierro por cada 100 gr de espinacas.

En torno a las espinacas se desarrolló toda una  leyenda sobre su rico contenido en hierro. La mitificación comienza con una leyenda en la que se cuenta que todo  se debió a un error al publicar un estudio en 1870, realizado por  el científico  E. von Wolff, en el que las  cantidades se transcribieron mal, equivocando la colocación de las comas en los decimales, y así se atribuyó un alto índice de hierro a las espinacas en la tabla de nutrientes. El error no fue descubierto hasta 1937 y para entonces el mito ya se había extendido gracias sobre todo al personaje de Popeye, creado en 1929  por E.C. Segar[1]. Junto a él se encontraban su novia Olivia (Rosario en algunas versiones), su amigo Pilón, Cocoliso (un bebé que llegaba por correo) y el villano Brutus. Todos ellos venían a conformar una familia un poco rarita junto con los abuelos de Popeye, ya que de los padres de este no sé sabía nada. Popeye, un marinero, siempre tenía que salvar a Olivia ¡cómo no, una dama siempre en apuros! y para ello recurría  a la fuerza sobrehumana que le proporcionaban las espinacas en lata. Así pues debemos pensar que su creador Segar  o bien no se habría enterado del error cometido en la valoración de los índices de hierro o bien trabajaba, de manera encubierta, para la industria conservera estadounidense que fue la que se benefició del aumento en el consumo de espinacas enlatadas

Sin embargo, ahora sabemos que en realidad todo parece ser fruto de lo que podríamos denominar como una leyenda urbana científica. En realidad lo de la mala transcripción de las cantidades de hierro fue un comentario, un dato sin ninguna referencia concreta. Al menos así lo  ha publicado recientemente   Samuel Arbesman de la Universidad de Harvard en 2012 tal y como mantiene José Ramón Zárate en el blog medicablogs.diariomedico.com (Popeye y sus espinacas: una espiral de falacias, 20 de mayo de 2016). También  M. Sutton, en un artículo publicado en 2010 en Journal of Criminology,  recoge que la leyenda urbana de la mala colocación de la coma en los decimales del estudio  fue un invento posterior que se propagó sin  ningún fundamento, creando un remolino de dudas y rumores difícil de parar una vez lanzado. Se trata de la famosa hipótesis de las tres veces (repite tres veces un absurdo y se convertirá en verdad) que, ya aparece recogido por Lewis Carroll en  La caza del Snark [2] (1876), como explica perfectamente Juan Revenga en su blog El nutricionista  de la General (¿Quién le quitó el hierro a mis espinacas?:”Nullis in verba”, 12 de octubre de 2012).

En cualquier caso la idea de su alto contenido  en hierro fue rápidamente asimilada por todo el mundo, e incluso durante la Primera Guerra Mundial (1914-1919) se suministraba a los soldados franceses un mezcla de vino y jugo de espinacas para fortalecerlos.
y para Finalizar por hoy seguid el consejo de Popeye y comer espinacas:
"Popeye el marino soy, …"

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Carroll, L. (1876): La caza del Snark, Macmillan Publisher

Carroll, L (1865): Alicia en el país de las Maravillas, recomiendo la versión de Cátedra Letras Universales (nº 172) de 1992  con edición de Manuel Garrido y traducción de Ramón Buckley.

Revenga, J. (12 de octubre de 2012).  ¿Quién le quito el hierro a mis espinacas?:”Nullis in verba” [Mensaje en un blog]. Recuperado de htpp://juanrevenga.com/elnutricionistadelaGeneral/

Segar, E.C. (1929): Popeye, The New York Evening Journal, 17 de enero de 1929

Zarate, J.R. (20 de mayo de 2016). Popeye y sus espinacas: una espiral de falacias [Mensaje en un blog]. Recuperado de htpp://diariomedico.com/laboratoriodellenguaje



[1] Popeye apareció por primera vez en The New York Evening Journal el  17 de enero de 1929 en forma de tira cómica y era un personaje secundario de la serie Thimble Theather que se publicaba desde 1919. Tras la muerte de Segar, su creador,  la tira cómica la continuaron diferentes dibujantes y se creó un spin-off, Popeye el marino, que finalmente en 1970 pasó a denominarse Popeye. En España sus aventuras son difundidas  a partir de 1948 por la Editorial Valenciana a través de la revista Jaimito. Sin embargo, la imagen más recordada es la de los dibujos animados  titulados Popeye el marino, de Paramount Pictures del estudio de Max y Dave Fleischer y la cancioncilla que se repetía en cada episodio
[2] La Caza del Snark, es un poema de Lewis Carroll que narra un viaje imposible con una tripulación imaginaria en busca de un animal inexistente. Aprovecho aquí para recomendar la lectura de Alicia en el país de las Maravillas, un libro que nos os arrepentiréis de leer y que tiene múltiples lecturas por lo que deberíais releerlo más de una vez.

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