miércoles, 7 de septiembre de 2016

un día de calor


07:00

Suena el despertador y la primera sensación es CALOR, me arrastro hasta el huerto y mis plantas me reciben con la misma palabra: CALOR. La noche no ha sido indulgente y ha seguido haciendo calor. Del riego de anoche no parece quedar rastro, las tomateras alicaídas intentan decirme algo, los pimientos parecen que aguantan mejor mientras que los calabacines se arrastran por el suelo buscando algo de humedad. Hago un breve riego de supervivencia. Por suerte todavía no ha salido el sol.

07:49

Aparece el sol y con ánimos asesinos, sus primeros rayos ya dan CALOR.

15:00

Sigue haciendo CALOR y encima el sol ha estado currando de lo lindo, las pobres siguen igual, asfixiadas y su cuidadora peor que ellas. Tan sólo puedo dar palabras de ánimo: “venga chicas, que ya lo peor ha pasado por hoy, en unas horitas el sol se nos va y llegará el fresquito” (ya sé que no está bien mentir, recordad al ex­-ministro y ex-candidato al Banco Mundial, pero a veces son necesarias las mentiras piadosas, yo también las necesito e imitando a Vienna[1] le digo al Sr.J: miénteme, dime que dentro de unas horas llegará el fresco y la lluvia…)

17:00


Casi sin fuerzas, sintiendo el CALOR en todos los poros de mi ser me acerco a la huerta, parece que la pobre tomatera ya no tiene ni fuerzas para sujetar a los pequeños tomates que cuelgan lánguidamente, las flores de los pimientos penden igual, las flores del calabacín cerradas y apretadas …y de repente ¡horror!, la preciosa albahaca yace desmadejada, todas sus hojas arrugaditas, sin agua en sus tallos estos se doblan peligrosamente hasta el suelo, la melisa y la hierbabuena la imitan pero deben tener más reservas y todavía conservan algunas ramas levantadas, la salvia muy enhiesta ella las mira con desprecio. Sacudiéndome la modorra comienzo con el plan de emergencia: un cubo grande lleno de agua donde sumerjo a la albahaca y cubos más pequeños para todas las demás. No, miento de nuevo, los tomillos, el mandarino, el mirabel, el laurel y la lima pueden aguantar a que baje un poco más el sol.
las limas casi a punto
 

20:36

Por fin ya se ha puesto el sol aunque sigue haciendo CALOR, vuelvo a arrastrarme a la huerta, anuncio con alegría el riego. El agua fluye y las moja, refresca el ambiente, empieza a oler a tomate y a frescor. Puedo imaginarme esas raicillas chupando como locas y el agua ascendiendo por ellas revivificando a mis pobres plantas. Yo también bebo y sintiéndome generosa invito a rondas hasta que las veo rendidas.

24:00

Todas han vuelto a la vida y soportan sus follajes y hojas. La albahaca me mira complacida y aún me pide algo más de agua, bien, le digo dormirás en el cubo hoy pero no te acostumbres. Un último vistazo a todas, me bebo yo también otro vaso de agua y me dirijo a la cama con pasos de zombie: sigue haciendo CALOR, miénteme otra vez Sr.J dime que mañana hará fresco…



[1] Vienna, protagonista de la película estadounidense Johnny Guitar (1954) dirigida por Nicholas Ray. La estupenda Joan Crawford lleva todo el peso de la película en una película de grandes amores y grandes odios con unos juegos de luz que llenan la pantalla, una fotografía inmejorable, un uso de los colores que enfatiza las imágenes y unos diálogos maravillosos y redondos (“miénteme, dime que has estado esperando todos estos años…”). No es un western aunque se desarrolle en esos paisajes y lleven pistolas, es una obra maestra que todo el mundo debiera ver.

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