miércoles, 20 de abril de 2016

Transplantes delicados


16 de abril

Montamos la nueva mesa (algo más pequeña que las otras dos), además del cajón reciclado y acarreamos de nuevo sacos de tierra.
 
 El cajón es un pozo sin fondo que se traga sacos y sacos y sacos, esto parece los trabajos de Sísifo[1] acarreamos un saco, lo vaciamos y volvemos a por otro, que acarreamos y vaciamos, y vuelta a empezar. Si Homero nos hubiera conocido el mito de Sísifo sería conocido por otro nombre…aunque también creo que nos parecemos a los Jáuregui acarreando carbón en La Galea[2] y espero tener mejor resultado que ellos. Pienso que los tomates aquí podrán prosperar.
Parece que no acabamos pero sí, por fin lo logramos y burlamos a los dioses y nos liberamos de la maldición. De lo que no me libro es de la amenaza velada del Sr. J, no quiere más mesas ni más cajones para huerta, que me apañe con lo que tengo me dice... Bueno no ha dicho nada de árboles frutales ni de plantas aromáticas, así que puedo seguir creciendo por ese camino. Ya os contaré otro día mis pinitos en ese campo.


17 de abril
Esta fecha quedara grabada para siempre en los anales de la historia de los transplantes, y supongo que en letras escarlatas e infames para escarnio mío: he tenido que reorganizar toda la huerta y sí, lo confieso, he vuelto a sacar a mis tiernos plantones que iban estupendamente para acomodarlos en su nueva disposición, eso sí, mucho más espacioso (bueno, tampoco tanto). Me han sorprendido las raíces tan bien trabadas que tenían ya, se ve que querían prosperar y yo se lo he impedido. Supongo que las bajas serán terribles, me siento como un viejo general prusiano mandando hombres a la muerte...


18 de abril
Hoy parece que todavía no tengo bajas, todo parece tranquilo. Riego y pienso que a lo mejor existe un futuro.

 
19 de abril
Llueve sin parar, y pienso que este llanto es por los plantones que no han sobrevivido, las peor libradas parecen ser las lechugas, no les ha gustado nada el cambio. En cambio los tomates y los pimientos parecen más animados. Las espinacas, que lucharon por mantener su lugar y no fueron desplazadas, miran displicentes al resto y se vanaglorian, se yerguen y siguen creciendo. Esto creará enemistades, seguro seguro, auguro luchas internas.


20 de abril

Sigue lloviendo y las lechugas parecen que van a peor, se encuentran lacias y decaídas, ay, ¿sobrevivirán? Constato una nueva desaparición para mi parte de bajas…
mis alicaídas lechugas




 




[1] Homero (2013): Odisea, Alianza Editorial
[2] Ramiro Pinilla (2010): Las ciegas hormigas, Tusquets. ( premio Nadal en 1960). 
 

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